Los ojos de la piel: recreando atmósferas a través de la pintura
Podría asegurar que el título de este escrito es más que conocido entre los arquitectos y debo confesar que la primera vez que leí el libro no logré terminarlo concluyendo que no lo entendía, eso del -ser en el mundo- me parecía muy poético y nada práctico para como yo entendía la arquitectura en ese entonces: ¿una arquitectura de los sentidos?, ¿arquitectura capaz de evocar emociones a través de los sentidos? Este particular enfoque para entender las atmósferas de los lugares me encantaba cómo sonaba, pero no lo entendía.
En su momento consideré a mi profesor de Fenomenología como un hablantín, pero con el paso del tiempo entendí que hay cosas en arquitectura que no se pueden enseñar, son imposibles de explicar, hay cosas en arquitectura que se tienen que experimentar, y seguramente corremos el riesgo de ser vistos como los hippies locos que creen que somos (y la verdad que personalmente no conozco a alguno de nosotros que aunque sea muy, muy en el fondo, no lo sea), en este escrito quiero compartir con ustedes, a través de mis pinturas, mi historia con las atmósferas.
Descubrí las atmósferas por la pintura y creo que gracias a eso me volví más observadora. Pintar atmósferas es otro reto, y sí, otra cosa que no se puede explicar, pero básicamente el reto es poder representar eso que te hace sentir el lugar, incluyendo todo: color, forma, tamaño, olores, etc. La primera vez que lo intenté fue pintando las pirámides de Egipto; como cualquier principiante, no estuve del todo contenta con el resultado, pero viéndolo ahora me gusta mucho, sobre todo por el color del cielo, por esa bruma de desierto que yo veo en los colores que elegí.
Pirámides de Egipto - Diario de viaje
Descubrí las atmósferas por la pintura y creo que gracias a eso me volví más observadora. Pintar atmósferas es otro reto, y sí, otra cosa que no se puede explicar, pero básicamente el reto es poder representar eso que te hace sentir el lugar, incluyendo todo: color, forma, tamaño, olores, etc. La primera vez que lo intenté fue pintando las pirámides de Egipto; como cualquier principiante, no estuve del todo contenta con el resultado, pero viéndolo ahora me gusta mucho, sobre todo por el color del cielo, por esa bruma de desierto que yo veo en los colores que elegí.
Casa Nubia Cairo - Diario de viaje
Un ejemplo muy lindo de arquitectura nubia pasaba delante todos los días, de día y noche, me llamaba mucho la atención, era tal cual te imaginas una casa de desierto, tenía muchos elementos que la ubicaban perfectamente en su entorno, era totalmente nueva a mis ojos y me resultaba familiar al mismo tiempo.
La experiencia se completó estando dentro. Esa casa tenía todo perfectamente pensado, cada pequeña cosa tenía un porqué y respondía muy bien a las necesidades del lugar, tan misteriosa y acogedora, no dejaba de ser hermosa, estoy segura de que muchas construcciones actuales responden muy bien también a las mismas necesidades, pero la atmósfera es esa que se construye con una suma de todo, de muchos elementos, temperatura, luz, iluminación, color, olor, material, etc. y ¿por qué eso tiene que ver con mis pinturas? Sé que a muchos no les parecerá, pero trato de representar todo eso, de pintar todos esos elementos
Trabajaba de voluntaria en una granja en El Cairo cuando me obsesioné (por primera vez) con una casa. Comparto con ustedes algunas anotaciones hechas en mis cuadernos de viaje acerca de algunos de los lugares: más espectaculares en los que he estado y que me hicieron cuestionarme cada vez más acerca del tema.
Desierto de Wadi Rum - Diario de
viaje
Petra - Diario de viaje
Las sombras y luces en el desierto de Wadi Rum transformaban el paisaje a lo largo del día. La textura de la arena y las rocas, el silencio del desierto -interrumpido solo por el viento- y esas casas beduinas que te hacían sentir de paso.
En Petra, sensación de misticismo y asombro, la luz solar interactuaba perfectamente con las fachadas esculpidas y creaban un espectáculo visual que cambiaba constantemente, la misticidad de los sonidos que recorría los cañones, y lo más importante, la escala, que a pesar de ser una ciudad que se mantuvo oculta por muchos años, era imponente.
Israel - Diario de viaje
Akka Israel - Diario de viajes
En Akka -Israel- las sombras proyectadas por las estrechas callejuelas ofrecían un juego visual constante, pasabas de la sombra a la luz constantemente. La textura de las piedras antiguas y las superficies desgastadas por el tiempo invitaban a tocarlas.
Cúpula de la Roca - Diario de viajes
A la Cúpula de la Roca no se puede entrar a menos que seas musulmán. Recuerdo haber dado la vuelta muchas veces alrededor y siempre haber encontrado algo distinto: la combinación de colores, las texturas, las formas, la cúpula dorada, los mosaicos que se complementaban con la acústica y el espacio.
En este lugar, sobre todo, la espiritualidad es una parte importante de la atmósfera. La simetría y la geometría del edificio contribuyen a un sentido de armonía y equilibrio, mientras que su ubicación y orientación tienen un significado espiritual que trasciende lo tangible.
Esta construcción no solo se ve, sino también se siente y se vive; según Pallasmaa, la arquitectura puede evocar emociones profundas y una conexión con lo sagrado, y le doy toda la razón, ahora puedo explicar por qué tuve tantas ganas de llorar entrando a la Basílica de San Pedro, en El Vaticano.
Camino de SanLago - Diario de viaje
Camino de SanLago - Diario de viaje
Camino de SanLago - Diario de viaje
Tanto en la arquitectura como en la pintura, la creación de atmósferas es un arte en sí mismo; para mí, sigue siendo muy complejo en ambas disciplinas y cada vez más importantes.
La atmósfera es esencial para la conexión emocional entre la obra y la audiencia, porque hace que cada espacio o pieza de arte sea una experiencia única.
Museo Guggenheim - Diario de viaje
En el museo Guggenheim, muy diferente a lo anterior, seguro por su carácter y por cómo respondía a su objetivo como construcción, desde mi perspectiva no se sentía del lugar, y sin querer entrar en debate sobre su forma o si está bien o mal, sigo concluyendo que la arquitectura puede manipular atmósferas para crear experiencias profundas e inmersivas, no solo depende del lugar o del paisaje.
No quiero convertirme en ese profesor al que siempre creí un hablantín, tal vez concluyamos otra vez que hay cosas que no se pueden explicar, y también que soy mejor con las pinturas que con las palabras, pero en las temporadas en las que he tenido miedo de alejarme de la arquitectura porque no diseño o porque me interesan otras cosas, he terminado cuestionándola y acercándome más a lo que significa ejercer, la responsabilidad detrás de ello, de cómo quiero vivirla y de lo enamorada que siempre voy a estar de ella.
Katherine Zurama Calderón Limache / Arquitecta
Duabitad más que arquitectura y diseño
Las opiniones plasmadas en este artículo corresponden enteramente al autor del mismo, no representa la opinión de la empresa.