Entre serpientes emplumadas y cantos del quetzal: Chichén Itzá

 

El conjunto de Chichén Itzá es considerado patrimonio de la humanidad por la Unesco desde 1988, y su muy famosa pirámide de Kukulkán es una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno. Este complejo de ruinas mayas ubicadas en la península de Yucatán, México, fue uno de los asentamientos yucatecos más extensos y, en su época de mayor esplendor, la ciudad más poderosa de la península.

La ciudad fue fundada por los mayas itzaes en el 250 d. C. y dedicada al dios Kukulkán: “serpiente emplumada”. Su nombre significa “boca del pozo de los itzaes”, haciendo referencia al cenote sagrado que a la fecha se puede visitar en sus predios, el cual era considerado la boca de acceso al inframundo.

La ciudad ocupó más de 25 kilómetros cuadrados, de estos, seis correspondían al centro religioso cultural y administrativo.

Visitar estas ruinas mayas resulta muy interesante por el toque de misticismo en el recorrido; una vez cruzamos la zona de pago nos adentramos en una gran explanada llena de mucho verdor en donde se concentran los principales monumentos del centro ceremonial.

Pirámide de Kukulkán / Julieth Rodríguez.

Uno de los monumentos que más llama nuestra atención es la gran Pirámide de Kukulkán o “serpiente emplumada”, también conocida como el Castillo.

Su estructura pone de manifiesto los vastos conocimientos de los mayas en las matemáticas, geometría, acústica y astronomía. Con 60 metros por lado en la base, y 30 metros de alto, cada fachada ostenta una amplia escalinata con 91 peldaños de piedra; en conjunto se compone de 364 escalones y añadida la base completaría 365, que representarían los días del año. Se considera que la misma funcionaba como un calendario solar que les iba señalando las actividades según el sol iba proyectándose en ella.

Kukulkán “serpiente emplumada”/ Julieth Rodríguez.

Hay dos eventos importantes que suceden cada año en Chichén Itzá durante el equinoccio de primavera y el equinoccio de otoño. Esta pirámide se construyó así para que se alineara con el sol durante los equinoccios, de esta forma se proyecta una sombra en su costado norte.

Un espectáculo de luz y sombras se produce en estas dos fechas importantes. A medida que el sol se oculta se van proyectando 7 triángulos de luz invertidos como resultado de la sombra que proyectan las nueve plataformas de la pirámide. Las primeras sombras de los cuerpos superiores comienzan a dibujar los triángulos isósceles que conforman el cuerpo de la serpiente emplumada; la sombra -conforme avanza el sol- recorre el muro deslizándose hacia abajo hasta iluminar la cabeza de una de las serpientes que se encuentran al inicio de la escalinata. Toda esta proyección asemeja el descenso del dios Kukulkán, que les indicaba a los mayas que ya podían iniciar su ciclo agrícola. El proceso -desde su comienzo hasta su culminación- dura aproximadamente 45 minutos. Estos eventos solo se pueden percibir en momentos específicos del año y la afluencia de personas que va a presenciarlos es grande.

Algo que sí podemos hacer en cualquier momento del año al visitar esta pirámide es disfrutar su tan perfecta acústica, y es que resulta muy interesante el hecho de que si te paras frente a sus escalinatas -a una distancia aproximada de 40 metros y aplaudes- se producirá un sonido parecido al canto de un quetzal, no importa cuántas veces aplaudas siempre lo escucharás.

Este efecto sonoro tan interesante nos muestra una vez más el conocimiento tan amplio de la acústica que tenían los mayas, a este efecto le llaman ‘la cola del quetzal’ y, según explican, se debe a que la altura y el espacio entre los escalones de la pirámide crean un filtro acústico que enfatiza las frecuencias de sonido mientras suprime otras.

Otros edificios que destacan en Chichén Itzá son:

Juego de pelota

Este es conocido como el más grande de Mesoamérica. Los juegos de pelota fueron una manifestación cultural común de las sociedades mesoamericanas.

Para los mayas, este juego estaba muy relacionado con los sacrificios humanos; según algunos investigadores, el juego consistía en lanzar una pesada pelota de látex en el campo contrario, haciéndola rebotar en el cuerpo del adversario, sin tocarla ni con manos, ni con los pies, aunque podían utilizarse los hombros, las caderas y los brazos.

Al final del juego, el equipo vencedor decapitaba al equipo perdedor.

Anillo de piedra. /  Julieth Rodríguez.

La cancha del juego de la pelota mide 120 m de largo por 30 de ancho, con dos muros elevados de 8m de alto en cuyo centro se encuentran dos anillos de piedra empotrados que eran conocidos como marcadores del juego de la pelota, en los cuales estaban grabadas dos serpientes emplumadas entrelazadas, lo que los convertía en portales hacia el inframundo. En cada extremo hay dos edificios, llamados Templo Norte y Templo Sur, en los que -muy probablemente- se celebraban rituales; el espacio entre ellos es de 120 m.

Esta cancha también tiene una acústica muy interesante: si mantienes una conversación con otra persona y cada una está en un templo se podrán escuchar perfectamente como si estuvieran una al lado de la otra, a pesar de estar a una distancia de 120 metros.

Templo de los Guerreros y Templo de las Mil Columnas

Templo de los Guerreros y las Mil Columnas. / Keith Pomakis.

Ubicado en el lado oriental de la gran plaza de Chichen Itzá, el Templo de los Guerreros se muestra imponente y está rodeado del Templo de las Mil Columnas.

Este templo mide 40 metros de lado y posee una forma piramidal de 4 niveles. En su parte superior está dividido en dos salas, en la entrada se puede ver un pórtico con dos serpientes gigantes, las cuales soportan el dintel.

En tanto, el llamado Templo de las Mil Columnas está conformado por 200 columnas en una enorme plaza frente al Templo de los Guerreros, un gran espacio de alrededor de 150 metros de lado. Todas las columnas -en algún momento- sostuvieron un friso y un techo, el cual ya no existe y se desconoce la naturaleza exacta del mismo. Se cree que el área era utilizada como salón de reuniones.

Cenote Sagrado

Una característica muy distintiva del área en donde está ubicado el conjunto de Chichén Itzá son los múltiples cenotes que se pueden ubicar en ella, teniendo como principal el Cenote Sagrado o Cenote de los Sacrificios, este nombre se debe a que afirmaban que en el mismo eran lanzadas las mujeres vírgenes, los niños y los guerreros como ofrenda a los dioses. También, como parte del culto ofrecido al dios del agua, hacían ofrendas ceremoniales, y arrojaban objetos preciosos.

En su perímetro hay dos habitaciones que -según los historiadores- fueron convertidas en baños de vapor donde se purificaba a las víctimas antes del sacrificio, como también -muy próximo al borde- existe una plataforma irregular desde donde -se supone- se arrojaban las víctimas al gran cenote.

Chichén Itzá ofrece muchas más estructuras para recorrer, fácilmente podemos tomar de 4 a 5 horas recorriendo todos sus edificios con calma, apreciando los detalles de su arquitectura, es muy interesante ver cómo los mayas pudieron desarrollar sus conocimientos en distintas disciplinas.


Julieth Rodríguez / Arquitecta y viajera

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