Bangkok: la ciudad dorada

 

Bangkok, la famosa capital tailandesa, está plagada de una cultura exótica que mezcla perfectamente la modernidad con la tradición milenaria.

Una vez hemos aterrizado en Bangkok, nos recibe el aeropuerto Suvarnabhumi, con una arquitectura fascinante; sin importar las más de 15 horas de vuelo es imposible que su estructura pase desapercibida al visitante, a pesar del cansancio que se pueda sentir.

Patios exteriores aeropuerto Suvarnabhumi. Julieth Rodríguez.

Patios exteriores aeropuerto Suvarnabhumi. Julieth Rodríguez.

Se utilizaron grandes superficies cubiertas de cristal, las que permiten una gran luminosidad natural y transparencia, y aportan una mayor visibilidad de los espacios al aire libre, los cuales cuentan con áreas verdes, patios útiles para los peatones, a su vez con artefactos culturales y elementos arquitectónicos propios de la cultura que se

ubican en estos patios exteriores. Todo este conjunto aporta una sensación de tranquilidad y relajación a los pasajeros.

Con una planta simétrica y ortogonal se organizan las naves de accesos y puertas de embarque. El acero es el protagonista de la construcción con estructuras de grandes luces, ligeras y esbeltas; y con una estructura de hormigón prefabricado a la vista. Todo esto convierte este aeropuerto en una obra arquitectónica en la que el pasajero disfruta el recorrido por el mismo.

Una vez sales del aeropuerto, la primera impresión de la ciudad puede parecer caótica: tráfico congestionado por todas partes, los famosos tukstuks sonando sus bocinas en otro lado, y si a esto le sumamos calor agobiante con humedad extrema, esta combinación puede enloquecer a muchos, pero dentro del caos que se pueda percibir al comienzo hay una joya que tiene mucho que ofrecer al visitante.

 Atravesada por río Chao Phraya, se desprenden numerosos canales o klongs, como son llamados por los tailandeses; en la antigüedad eran tantos los canales que cuando no había sistema de transportes modernos ni carreteras, los canales eran la mejor forma de moverse. Es por esto que la ciudad llegó a ser conocida como  la Venecia del Este; en la actualidad, aún son utilizados los que han sobrevivido a la modernidad y forman parte del estilo de vida de los habitantes de la ciudad,  quienes utilizan barcos para trasladarse de un lado a otro a través de los mismos, y también sirven para el desarrollo del comercio de venta y compra de diversos productos en los muy famosos y visitados mercados flotantes, en los que los vendedores ofrecen sus productos desde pequeñas barcas navegando por los canales, una actividad que se ha convertido en una visita imprescindible para los visitantes.

 
Canales o klongs en la ciudad. Julieth Rodríguez.

Canales o klongs en la ciudad. Julieth Rodríguez.

 

Si hay algo que notas apenas inicias el recorrido por la ciudad es que el budismo impregna todo el país, más del 94 % de la población practica esta religión, por lo tanto, si hay algo que destaca es la cantidad de templos o wats, que significa complejo de templos. Todos son grandes construcciones ornamentadas en donde encontramos una estupa (construcciones en forma de campana), un espacio para orar llamado vihara, donde encontramos imágenes de Buda, una sala de ofrendas y una residencia para los monjes.

Solo en Bangkok hay más de 300, por lo cual, al momento de visitar la ciudad hay que seleccionar los más importantes para no terminar agotándonos de ver tantos templos, que aunque al comienzo estaremos maravillados, ya después de ver unos 15 no lograremos apreciar los detalles.

Algunos de los más importantes son:

El Gran Palacio:

Si hay un edificio emblemático y famoso de la capital tailandesa es el Gran Palacio, nadie que visite la ciudad puede irse sin visitarlo, aunque cabe destacar que en realidad no es un único edificio, sino un complejo de edificios compuesto por jardines,templos, esculturas de Buda, oficinas gubernamentales. En la antigüedad sirvió también como residencia de la realeza tailandesa, es una ciudad dentro de la ciudad que se levanta a orillas del río Chao Phraya.

Jardines dentro de El Gran Palacio. Julieth Rodríguez.

Jardines dentro de El Gran Palacio. Julieth Rodríguez.

Fue construido por orden del rey Rama I, primer rey de la dinastía actual; y esto fue a causa de que la antigua capital del reino de Siam, Ayutthaya, había sido destruida por  los birmanos, así que se decidió trasladar la capital a Bangkok y  construir este nuevo palacio a imitación del Gran Palacio de Ayutthaya.

Este palacio se construyó en una isla artificial llamada Rattananokosin; en un principio se ubicó en el centro de la isla, pero fue creciendo hasta aumentar sus dimensiones.

El recorrido por el mismo es extenso: son más de 10 edificios con los que cuenta, aunque son muy pocos los que pueden ser visitados, recorrerlo con calma y disfrutando cada detalle puede tomar fácilmente medio día. Por ser un edificio tan famoso y tan visitado resulta un poco agobiante la multitud de personas con la que te cruzarás en el recorrido del mismo, pero esto no logra opacar la majestuosidad del recinto en donde se logra contemplar la mágica arquitectura tailandesa  con tejados puntiagudos, grandes esculturas y mucho dorado, un color muy distintivo en  las construcciones de templos en este país, donde también encontraremos una gran maqueta que hace réplica de los templos de Angkor.

En el recorrido por la zona de los templos, es esta la zona más atractiva y la más fotografiada, sin duda, por contar con los templos más llamativos y majestuosos.

Wat Phra Kaew o Templo del Buda de Esmeralda. Julieth Rodríguez.

Wat Phra Kaew o Templo del Buda de Esmeralda. Julieth Rodríguez.

 

Uno de los templos más visitados es Wat Phra Kaew, el cual alberga una de las reliquias más importantes y veneradas en la religión budista y a su vez la más visitada: es la figura del famoso buda de esmeralda, antes de verla se tiene la expectativa de una enorme estatua y la sorpresa es que es una figura de solo 66 cm de altura y confeccionada con jade y no de esmeraldas como se hace llamar. A este buda, dependiendo de la estación del año, se le hace cambio de ropa, la cual es confeccionada con oro, y solo puede ser realizado por el rey en un acto protocolar, de hecho, solo él se puede acercar a esta imagen.

Destaca también la rica ornamentación del templo con preciosos mosaicos y motivos dorados;  su entrada y alrededores son custodiados por dos enormes estatuas de unos 5 metros de altura,  denominadas Demonios Guardianes; estas, con  espadas en mano, representan la protección contra los espíritus malignos, con colores muy llamativos y detalles muy bien cuidados que es imposible que a su llegada al templo pasen desapercibidos.

 
Demonios Guardianes. Julieth Rodríguez.

Demonios Guardianes. Julieth Rodríguez.

 

Otra construcción que llama mucho la atención en esta zona es Phra Sri Ratana Chedi, conocida también como la Estupa Dorada. Las estupas son elementos arquitectónicos muy importantes para el budismo, utilizados para la veneración de reliquias y estatuas  budistas, en este caso conserva el esternón de Buda. Suelen estar compuestas por una base, un montículo semiesférico y un pináculo.

Por ser la estupa más alta del complejo, logra ser muy llamativa para el visitante por su color dorado que deslumbra y su tamaño monumental; tiene una base circular y una forma de campana.  Es una imitación de las estupas de ladrillo  de Wat Phra  Si Sanphet, en Ayutthaya.

 
Phra Sri Ratana Chedi o Estupa Dorada. Julieth Rodríguez.

Phra Sri Ratana Chedi o Estupa Dorada. Julieth Rodríguez.

 

El Chakri Maha Prasat  fue la residencia del rey Rama V, en 1877. Posterior a esto, ha sido utilizado para recibir importantes visitas de Estado.

Es un palacio diferente de los que se ven en el recorrido, combinando dos estilos arquitectónicos, su parte inferior muestra influencia de la arquitectura renacentista europea; en cambio, su tejado es una clara muestra de arquitectura típica tailandesa con tres agujas Prasat doradas en los laterales y en el centro.

 
El Chakri Maha Prasat. Julieth Rodríguez.

El Chakri Maha Prasat. Julieth Rodríguez.

 

En sus alrededores encontramos hermosísimos jardines que realzan la belleza del edificio.

El recorrido por este palacio es una maravilla arquitectónica, cada edificio tiene características únicas, una mezcla de tonalidades, formas y líneas arquitectónicas que lo convierten en una gran obra de arte.

Siguiendo el recorrido por los principales templos de la ciudad encontramos:

Wat Arun: Llamado también Templo del Amanecer, está entre los más impresionantes  y es uno de los símbolos  de la capital tailandesa, tanto así que las monedas de 10 bahts llevan su imagen.

 
Vista de Wat Arun o Templo del Amanecer desde el río Chao Phraya. Julieth Rodríguez.

Vista de Wat Arun o Templo del Amanecer desde el río Chao Phraya. Julieth Rodríguez.

 

La torre principal de este templo mide 82 m de altura, su arquitectura evoca los templos de Camboya, dándole una estética totalmente distinta de la del resto de los templos de la ciudad; en este -a diferencia de los otros- no destaca el dorado como protagonista principal, aquí se dio paso a los colores.

 
Templo Wat Arun. Julieth Rodríguez.

Templo Wat Arun. Julieth Rodríguez.

 

Para la ornamentación del templo utilizaron estuco y cerámica. Todas las torres fueron confeccionadas cuidando hasta el mínimo detalle, decoradas con azulejos esmaltados de motivos florales, hojas y otros diseños, pero encajando a la perfección cada uno.

En sus esquinas se sitúan cuatro torres de menor tamaño que señalan los puntos cardinales, en su base hay una fila de monos y demonios que parecen estar sujetándolas. Su torre central está conformada por unos escalones muy empinados  que nos conducen hacia unas altas terrazas que ofrecen una hermosa vista de Bangkok, donde se logra apreciar el contraste entre las construcciones tradicionales y las modernas.

 
Ornamentación del Templo Wat Arun. Julieth Rodríguez.

Ornamentación del Templo Wat Arun. Julieth Rodríguez.

 

Una forma eficiente y económica de cruzar el río Chao Phraya y poder visitar este templo es en los barcos utilizados por los locales.  Esta visita, preferiblemente, debe ser en horas de la tarde, pues navegar por el río con el templo y el atardecer  al fondo es una foto digna de una postal.

Otro de los templos que no puede faltar en el recorrido es:

Wat Pho o Templo del Buda Reclinado

Construido en el siglo XVII por orden del rey Rama I. Se divide en zona norte y zona sur. En la zona norte se encuentran los principales edificios y monumentos, y en la zona sur encontrarán áreas para ofrendas.

Wat Pho o Templo del Buda Reclinado. Julieth Rodríguez.

Wat Pho o Templo del Buda Reclinado. Julieth Rodríguez.

En este templo encontraremos más de 1000 imágenes de Buda, pero la más importante y famosa es la escultura de Buda Reclinado, que mide 46 metros de largo y 15 metros de alto, la más grande de este tipo en todo el país. Toda la estatua fue recubierta con pan de oro, una vez más el dorado es el protagonista de los templos tailandeses. El templo parece haberse construido con el espacio justo para que se pudiera tener un pequeño pasillo alrededor de la estatua que permitiera apreciarla.

Imagen de Buda Reclinado. Julieth Rodríguez.

Imagen de Buda Reclinado. Julieth Rodríguez.

Para disfrutar esta ciudad hay que ir abierto a lo exótico y diferente sin juzgar, disfrutando esos contrastes tan marcados que encontraremos mientras se va descubriendo la ciudad, y es que  Bangkok  tiene tanto que ofrecer: sus  mercados, que se combinan con el olor a comida callejera, y si hablamos de comida callejera no podemos olvidarnos de esos platillos exóticos que difícilmente encontraríamos en nuestras ciudades latinoamericanas y que dejarían a más de cuatro desmayados al verlos ( ranas, cucarachas, alacranes,  escarabajos y otros ); solo los más valientes se atreven a degustarlos, pero son parte de la oferta callejera. Y así -en medio del bullicio- el ruido ensordecedor de los tukstuks ofreciendo carreras por 100 baths se mezcla entre las multitudes con los monjes budistas con su distintivo atuendo de color naranja, y su cabeza rapada, caminando en silencio buscando no ser notados entre el medio de la gente, pasan recogiendo las ofrendas que les son dejadas en casas o locales.

Y, por otro lado, tenemos la ciudad cosmopolita y moderna con sus enormes centros comerciales y rascacielos que compiten en cuál llega a estar más cerca de las nubes y que la han ido transformando constantemente hasta convertirla en una de las ciudades más dinámicas de Asia.

 Sin duda alguna, la capital tailandesa es una mezcla de contrastes que combinan a la perfección esas dos caras que nos ofrece.



Julieth Rodríguez / Arquitecta y viajera

Duabitad más que arquitectura y diseño


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