ARQUITECTURA: UNA VIVIENDA DIGNA

 

Según el informe que presentó Naciones Unidas en 2015, “uno de cada tres habitantes urbanos de los países en desarrollo vive en asentamientos precarios, con viviendas deficientes o fallas en los servicios de saneamiento y acceso al agua potable”. En América Latina y el Caribe, esta situación la padece el 27% de los habitantes, principalmente en Guatemala, Haití, Nicaragua y Bolivia. Las causas de esto, señala la ONG, nos refieren a elementos históricos: el colonialismo, la esclavitud, la guerra y la tiranía.

El derecho universal a una vivienda digna y adecuada -uno de los derechos humanos- aparece en la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 25, apartado 1; y el artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales también define y aclara en su Observación General N.º 11 el concepto y derecho a una vivienda digna y adecuada. Además, especifica que esta implica que se ubique en espacios suficientemente equipados, en el caso del medio rural, con accesibilidad suficiente, servicios y dotaciones en la zona.

Este derecho es incorporado en la Constitución de todos los países, por lo tanto, el responsable principal de garantizar el cumplimiento progresivo de estos derechos es el Estado, con ayuda de la sociedad en conjunto con organismos internacionales afines. Pero a la crisis que padecen los países mencionados, se suma la desconfianza en el trabajo de las instituciones gubernamentales.

Por otra parte, los arquitectos juegan un papel importante en este tema, porque son quienes tienen como objetivo crear y construir espacios que sumen calidad de vida. Con base en esto, los arquitectos latinoamericanos, ética y profesionalmente, están motivados a involucrarse en la realidad de sus países y a coadyuvar en la búsqueda de una solución a este evidente problema habitacional, respondiendo a una necesidad de arquitectura incluyente, que ofrezca calidad constructiva, funcionalidad, estética, pero -sobre todo- calidad de vida, donde las personas puedan tener acceso a una vivienda decente, al abastecimiento de agua limpia y al saneamiento básico.

El galardonado arquitecto africano Diébédo Francis Kéré, en su conferencia de marzo de 2017 expresó: “Reproducir en un país pobre como Burkina Faso los caros modelos del mundo occidental, que necesitan energía para enfriar los edificios, no funciona”. La arquitectura del Sr. Francis Kéré se vuelve ejemplo para los arquitectos de los países en desarrollo, porque su arquitectura conjuga los principios de alta tecnología de la ingeniería con conocimientos tradicionales y materiales locales.

Las siguientes imágenes presentan una biblioteca, logro de la arquitectura en Gando, Burkina Faso, uno de los países más pobres de África, realizadas con el apoyo del arquitecto Francis Kéré. En esta se aprovecha la madera de eucaliptos -poco utilizada en la zona- para generar un perímetro permeable y se construye una serie de tragaluces a través de moldes de macetas de barro tradicionales de la región, dejando pasar la luz natural y permitiendo la circulación del aire en el interior.

Kere Architecture - Gando, Burkina Faso 2012 / Kere Architecture

En Guatemala, el fundador de CASSA, el ingeniero astrofísico Manuel Aguilar Anleu, preocupado por el déficit habitacional en su país, concibió la vivienda como un sistema completo que provea los servicios básicos mediante la utilización de la energía fotovoltaica, la captura de agua lluvia, el tratamiento de aguas, el saneamiento de las mismas y la utilización de materiales naturales, todo en un sistema integral que al mismo tiempo proteja el ambiente y brinde calidad de vida a sus habitantes.

En julio de 2022, CASSA presentó uno de sus modelos de vivienda, construido y terminado, el cual abarcó dos comunidades afectadas por los huracanes Eta y Lota (en Guatemala y Honduras). “El diseño fue simple para que fuera fácil de construir aun para quienes no tienen experiencia”. Para concretar este proyecto se capacitó a más de veinte personas en la siembra y cosecha de bambú, y en su uso como material constructivo, ya que fue el protagonista de esta obra llamada Cajón de bambú.

CASSA Construcción Autosuficiente S. A. - Punta Brava, Izabal, Guatemala. 2022 / Cortesía de CASSA

Casa Guatemala -una ONG cuya sede está en Río Dulce (Guatemala)- brinda atención a niños de la comunidad; y planea construir en el 2023 una nueva casa para varones del nivel educativo básico. Desde su inicio, esta ha visualizado la nueva construcción como un modelo de vivienda autosuficiente para su población, pues el material constructivo principal para entrepisos, cubierta y muros es el bambú, propio de Río Dulce; en sus acabados se utilizará repello de arcilla (una mezcla de este material con arena y paja que será elaborada por los niños que habitarán la casa). El plan de Casa Guatemala establece que su nuevo proyecto sea construido por los beneficiarios de este y su comunidad en general con el fin de que aprendan a utilizar, identificar y valorar el bambú local como elemento básico del proceso constructivo que también será utilizado en sus acabados (barandales, gradas, celosías e –incluso- puertas), con el fin de mostrar los distintos fines y provechos de este material natural. 

Casa de Varones de Casa Guatemala (proyección) - Río Dulce, Izabal, Guatemala. 2022 / CASSA Construcción Autosuficiente S. A.

En este contexto se abre el perfil de un arquitecto, diseñador, constructor, investigador y, a su vez, gestor del desarrollo comunitario, que da valor y respeto al conocimiento y trabajo de construcción de la comunidad, utilizando este de manera científica en los nuevos edificios de la localidad como respuesta primordial a la necesidad de vivienda. Además, se adapta a su contexto utilizando materiales de la región y es creada por el mismo usuario con apoyo de la comunidad, esto la convierte en un camino factible para la construcción de viviendas dignas en todas las comunidades, sin exclusión, ya que no necesita de materiales importados ni mano de obra calificada, porque se basa en la edificación con conocimientos empíricos que evolucionarán de generación en generación; su respuesta -acorde al clima local- la hace cómoda para el usuario y mejora su calidad de vida;  igualmente, sus particularidades estéticas y culturales le dan autenticidad arquitectónica.


Armando Toledo / diseñador arquitectónico y supervisor de obra

 

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